
Algunos pueden llamarme enfermiza, otros pueden decir
que estoy enamorada, yo creo que es relativo. Y me odio por mentirme, y lo odio por mentirme, pero
no puedo dejar de amarlo, y sus defectos me parecen envidiables, sus imperfecciones lo hacen perfecto. Lo admiro tanto que me volví su sombra, pensamos las mismas cosas o nos
complementamos en otras.
Y su mirada me atorpece, también recuerdo la luz de su sonrisa, su esencia lo hacía aún mas especial,
su belleza es interna y externa, y trato de odiarlo, de buscar alguna forma de desprecio, pero siempre se vuelve perfecto,
y termino amándolo más que antes. Es como una rosa negra, puede verse marchita, pero su belleza es incompatible.